Dirigida por Paul Thomas Anderson; con Leonardo DiCaprio, Sean Penn, Benicio del Toro y Chase Infiniti. 162 min. (Warner Bros. Pictures)
Por Julio Cortés
Siempre es bienvenido el trabajo conjunto entre un gran director y un gran actor, por lo que de alguna manera, cuando se anunció que Paul Thomas Anderson y Leonardo DiCaprio se encontraban en el rodaje de Una Batalla Tras Otra (One Battle After Another), era fácil predecir que la película sería trascendente. Al igual que otros realizadores como David Fincher y Darren Aronofosky (que involuntariamente "garantizan" nominaciones para los actores de sus filmes), Anderson presenta en su décima cinta una adaptación muy libre de la novela Vineland de Thomas Pynchon, centrada en la frontera de Estados Unidos y México.
DiCaprio interpreta a Bob Ferguson, un revolucionario fracasado en un constante estado de paranoia por culpa de las drogas. Vive con su hija Willa (Chase Infinity) desde que la madre de ésta, Perfidia (Teyana Taylor) los abandonó. Un día, Bob (quien en su juventud fue conocido como Pat Calhoun, líder del grupo terrorista French 75) descubre que Willa ha desaparecido, pero también que su antiguo enemigo, el coronel Steven J Lockjaw (Sean Penn), está persiguiéndolo, por lo que el ex radical se decide a rescatar a su hija, al mismo tiempo que lidia con las consecuencias de su pasado.
Como en todas sus películas, Paul Thomas Anderson maneja el argumento para que sea visto en dos niveles: una crítica social a varios temas y una historia entretenida, lo suficientemente atractiva para causar curiosidad en el público. En este filme Leonardo DiCaprio tiene otro personaje intenso, en la misma línea de los que ah interpretado en The Revenant, Shutter Island, The Departed y Blood Diamond. Ferguson es un hombre con fuertes conflictos internos, de la misma forma que el militar interpretado por Sean Penn, quien siente una atracción sexual por Perfidia (una afroamericana), pero no se atreve a revelarlo cuando es invitado a formar parte de los Christmas Adventurers, un club cuyos integrantes promueven la supremacía blanca. Los años pasan y el coronel encargado de atrapar inmigrantes está empecinado en encontrar a Bob (cuyo nombre verdadero es Pat Calhoun, de sus tiempos como terrorista), pero su verdadero objetivo es que le entregue a esa mujer.
Un punto siempre importante es que los personajes resulten interesantes, y hay varias secuencias largas muy efectivas. Una se desarrolla en una carretera, con cuatro autos; otra muestra a Bob desde que contacta al profesor de karate de Willa hasta que huye con un grupo de inmigrantes por los techos de unas casas, para al final ser capturado (con ello no estoy revelando ningún punto clave en el argumento), y es única la escena en la que Lockjaw hace uso de un equipo portátil para pruebas de ADN.
Benicio del Toro, James Raterman, Tony Goldwyn y John Hoogenaker tienen sólidos papeles de reparto, y Anderson presenta de nuevo a sus colaboradores habituales Alana Haim y Jonny Greenwood, aunque la pretenciosa música de este último resulta una distracción y tal vez el único detalle malo del filme. En el fondo, Una Batalla Tras Otra es una película de acción que trata acerca de un padre que lucha por salvar a su hija secuestrada, pero la profundidad en la que se presenta el conflicto es lo que reafirma el rango excepcional de Paul Thomas Anderson. Esta es una de las mejores películas del año.
Nota: Una Batalla Tras Otra podría obtener unas ocho nominaciones al premio Oscar el año próximo, pero algo curioso es el tiempo que Leonardo DiCaprio y Sean Penn ocupan en pantalla; sus personajes son igual de importantes, aunque no se puede negar que es Leonardo la estrella principal de la película. Si ambos artistas resultaran nominados, lo más adecuado es que estuvieran compitiendo en la misma categoría (Mejor Actor).
👌👌👌👌
(Fotografías: Cortesía Warner Bros. Pictures)
No hay comentarios:
Publicar un comentario