Dirigida por Michael Chaves; con Patrick Wilson, Vera Farmiga, Mia Tomlinson y Ben Hardy. 135 min. (Warner Bros. Pictures)
Por Julio Cortés
La saga de películas de terror de El Conjuro (The Conjuring) comenzó en 2013, y nadie se imaginaba que el primer filme iba a tener tanto dos secuelas -estrenadas en 2016 y 2021- como dos spin offs: Annabelle y La Monja (The Nun). Las cintas están basadas en hechos aparentemente reales, y muestran los casos investigados por Ed y Lorraine Warren, expertos en situaciones paranormales, interpretados por Patrick Wilson y Vera Farmiga. Ahora por fin se estrena una cuarta película de la serie, Últimos Ritos (Last Rites), que sigue en la misma línea y que provocará mucha curiosidad entre los fans.
Esta cuarta parte comienza con un vistazo a la experiencia que Ed y Lorraine tuvieron en 1964, durante el nacimiento de su hija Judy (Mia Tomlinson). Después se muestra una serie de eventos que suceden en 1986, en el interior de la casa de la familia Smurl, originarios de Pensilvania. Los Warren viajan hasta allá y descubren que en el lugar se cometieron una serie de crímenes; al mismo tiempo ellos preparan la boda de Judy, quien se da cuenta que tiene habilidades psíquicas.
Aunque los fans de estas películas han visto todas y seguramente irán al cine para adentrarse en este caso, una de las ventajas de los filmes de El Conjuro es que puedes ver tan sólo un filme y no será necesario conocer las otras cintas de la saga. Siempre se presenta un texto que explica los pormenores del argumento y lo que les espera a "los famosos investigadores de lo paranormal", lo cual ayuda mucho. Hay muchos efectos especiales, escenas de acción, objetos que se mueven, exorcismos, pero siempre un final feliz y conmovedor; esa fue la fórmula que aprovechó el director australiano James Wan, haciendo los argumentos un tanto más light y logrando que los espectadores tengan empatía con los personajes. Fue a partir de 2021 cuando él decidió fungir como productor de estos filmes, seleccionando a Michael Chaves para que los dirigiera.
Esta es una -aparente- despedida de estos personajes al público, y debido a ello se le da más importancia a los conflictos de los Warren que de los Smurl. Si las anteriores tres películas de la saga eran en los años 70, ahora Chaves logra bien ambientar todo en 1986, con el caso cubierto en un principio por la prensa, pero después ignorado por sus detalles oscuros. Vera Farmiga y Patrick Wilson están de nuevo muy bien como la pareja protagonista, pero lo malo es que se han encasillado en esos roles. Un punto a favor es el trabajo de la debutante Tomlinson y de Ben Hardy, como la hija y el yerno en la familia; ambos son el ancla por si llega a haber una secuela más, con otra pareja de investigadores.
En cada caso que investigan, Ed y Lorraine Warren guardan en su casa un objeto que provoca el conflicto en cuestión; ahora es un espejo, pero también hay detalles siniestros, como una anciana de aspecto aterrador, un muñeco vestido de rojo con movimientos extraños y un tipo que más bien se parece a Marilyn Manson. Los últimos 20 minutos de El Conjuro 4: Últimos Ritos cuentan con un ritmo vertiginoso y sustos por todos lados. No es un filme indispensable, pero sí recomendable para los fans del género, quienes también reconocerán la aparición fugaz de actores y actrices de las tres primeras cintas, como Lili Taylor, Mackenzie Foy, Frances O'Connor y Julian Hilliard. Con esto queda comprobado que el terror predomina en los blockbusters de 2025.
👍👍
(Fotografías: Cortesía Warner Bros. Pictures)
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