Dirigida por Gareth Edwards; con Scarlett Johansson, Jonathan Bailey, Rupert Friend y Mahershala Ali. 133 mins. (Universal Pictures)
Por Julio Cortés
La noticia de que Scarlett Johansson protagonizaría la nueva película de la saga de Jurassic Park causó sorpresa hace más de un año, sobre todo porque después de su participación en las superproducciones de Marvel (Avengers y Black Widow) ella estaba decidida a actuar sólo en filmes independientes o con argumentos más serios. Finalmente se decidió y es la gran estrella de Jurassic World: Renacer, un filme dirigido por el británico Gareth Edwards, responsable de Rogue One: A Star Wars Story, que fue un gran éxito en 2016.
Cinco años después de los eventos presentados en la cinta Jurassic World Dominion, los dinosaurios que quedan ahora viven en un entorno cerca del ecuador, con climas similares a los que alguna vez habitaron. Tres de ellos cuentan en su ADN con la clave de un fármaco que puede beneficiar al tratamiento de enfermedades cardíacas, por lo que Zora Bennett (Johansson), experta en operaciones especiales, es contratada para una misión secreta. Con su equipo, Bennett busca asegurar el material genético, pero inesperadamente se encuentran con una familia que es amenazada por dinosaurios, y poco después naufragan en una isla.
Cada cinta de esta serie puede medirse en cuanto al parecido que tiene al filme original, estrenado en 1993 y dirigido por Steven Spielberg. En el caso de Renacer, se asemeja más a la segunda parte, la de 1997, en la que actuaron Julianne Moore, Vince Vaughn y Jeff Goldblum. Los clichés y demás elementos están presentes: música incidental aparentemente edificante y que en realidad resulta ominosa; el personaje que resulta villanesco y que traiciona a los demás; una expedición a-lo-Alien en la que se acude a salvar a personas, pero todo se complica después, y varias muertes que, a tono con estos filmes, no muestran una sola gota de sangre. La misma receta, pero con mínimas variantes.
La inclusión de la familia que es atacada (Manuel García-Rulfo, Audrina Miranda, David Iacono y Luna Blaise) pasa a ser un elemento que sólo contribuye a un puñado de escenas muy largas. Las estrellas principales (Johansson, Bailey, Friend y Ali) sólo aparecen en dos terceras partes del filme, pero se lucen en una secuencia que se desarrolla en un acantilado. Los pequeños espectadores siempre están al pendiente de los dinosaurios, y aquí aparecen varios "nuevos": el Mosasaurus, el Titanosaurus, el Spinosaurus y el Quetzalcoatlus (resulta siempre curioso que las figuras de acción de estas películas siempre son los reptiles prehistóricos y no los personajes humanos).
Jurassic World: Renacer sólo toma fuerza en los últimos 25 minutos, cuando se dan las mejores escenas de acción en un lugar "reactivado" de la isla, en el que alguna vez estuvo un centro de investigación secreto para Jurassic Park. Es ahí cuando Scarlett Johansson demuestra que todavía puede interpretar un personaje ágil como Black Widow (del que hizo en Ghost In The Shell mejor ni hablar). Esa recta final es la que cumple la misión de los productores: lograr que la película, que será la primera de la saga que vean millones de niños y adolescentes, se convierta en la que con el tiempo recuerden más. Todo junto con el conmovedor tema musical de John Williams y un feroz dinosaurio mutante llamado D.rex que...sí, es extrañamente parecido al monstruo Xenomorph de Alien.
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(Fotografías: Universal Pictures)
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