La música de Bruce Springsteen va dirigida desde hace algunos años a un específico sector del público -ávido de completar su colección-, pero este año su regreso fue explosivo, porque se dividió en varios trabajos. Tras su estancia en Broadway, presentó el álbum Western Stars, y posteriormente un documental sobre la grabación del mismo. Naturalmente, un producto de Springsteen, tanto de audio como de video, debe tener un contenido autobiográfico, pero ahora el cantante optó por un perfil más orientado hacia una narración llena de atmósferas, semejante a la de sus discos Nebraska y Devils & Dust (sin igualarlos, obviamente). La voz de Bruce se escucha más gastada, pero en ciertos momentos sus mensajes siguen llenos de intenso dramatismo, como en el brillante single Sundown.
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