El esperado nuevo track de Jennifer Lopez (que anunció con muuuucha anticipación) tiene más contras que pros, porque es pasajero. Luego del álbum Love? (que me parece fue uno de los mejores CDs pop del 2011), JLo está intentando desesperadamente por mostrarse con la edad de otras estrellas juveniles, y eso, prácticamente, es imposible: sus años se le notan. Innecesario también lo es, porque su carrera volvió a despegar hace tiempo, y el mensaje de Booty es demasiado directo, por lo que no es necesario tomar el track tan en serio. No me agrada nada esta canción, pero sí el video, en el que la verdadera estrella es la invitada, Iggy Azalea, quien ha estado presente a lo largo de todo este año en varios hits. ¿El veredicto? Vean este clip con otra canción del mismo tema como fondo, que sea de mucha más calidad, como por ejemplo Fat Bottomed Girls, de Queen. Así el efecto será mejor.
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