Clasificar a la gran banda inglesa The Cult como hard rock es algo equivocado y muy fácil de hacer, porque ellos venían del post-punk. Con la gran voz de Ian Astbury, el grupo convenció a la crítica hace casi 30 años con su segundo álbum, Love, el cual, si se escucha ahora, no suena nada viejo (en esa época, en cuestión de música alternativa, podía uno elegir alguno de los dos polos opuestos: The Cult o The Dream Academy; yo prefería más a los primeros). De esa obra maestra que fue Love, cada uno de los discos posteriores de The Cult fue bajando en su calidad, pero el grupo nunca cayó en algo detestable, sino que más bien se convirtieron en dignos sobrevivientes de un estilo difícil de defender a lo largo de las décadas, que siempre, para efectos de marketing, en Estados Unidos se encasillaba en hard rock. Por cierto, el excelente guitarrista Billy Duffy fue compañero y amigo de Morrissey en la banda The Nosebleeds (¿se la sabían?) Gran track.
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