Desde que se lanzó el CD Believe, de Justin Bieber a principios de este año, uno de los mejores tracks que incluía fue Beauty And A Beat, un dueto con Nicki Minaj cuyo arreglo de dance electrónico colocaba al cantante canadiense en otras ligas: ya muy lejos de lo que grababa cuando era niño, pero aún sin la seriedad de los trabajos de Justin Timberlake. El esfuerzo es loable: pareciera como si Beauty And A Beat fuera producido por Daft Punk, pero no es así. El responsable es otro genio, Max Martin, el hacedor de hits desde hace más de 15 años. Como bailarín, Bieber no trae el ritmo en la sangre; es mentira que él sea el director del videoclip promocional, aparentemente espontáneo (que contiene muchos efectos de post-producción), pero éste es bueno y divertido. Gran track.
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