Tras una larga ausencia, Rosalía regresa con Lux, un ambicioso álbum cuyo contenido se asemeja más al de su disco El Mal Querer que al de su anterior producción, Motomami. Quienes crean que este nuevo trabajo contiene canciones pegajosas, bailables y que vayan a ser unos hits seguros, deben estar preparados para una desilusión. Pero eso es aparente, ya que la cantante española logra efectos conmovedores, gracias a los arreglos y a su propia voz, experimentando sus alcances operísticos en el track Mio Cristo Piange Diamanti. Lux está divido en cuatro movimientos, con temas cantados en 13 idiomas y letras que se centran en la introspección y relaciones amorosas. Hay muchos invitados, como Guy Manuel, Ryan Tedder, Charlotte Gainsbourg, Nigel Godrich, Pharrell Willisms, El Guincho y también Björk. En cuanto a las canciones más sobresalientes, son Reliquia, Divinize, La Perla (a ritmo de vals), Magnolias y Memoria (estas últimas unas sentidas baladas). Para quienes decían que la artista había abandonado su sonido flamenco, están Mundo Nuevo y La Rumba Del Perdón, ambos temas los más rítmicos del álbum. Experimental, pretencioso y conceptual, Lux puede ser visto para algunos como un suicidio comercial para Rosalía, pero es un disco tanto agradable como intenso, que dejará satisfechos a sus fans cautivos. Eso sí: en una próxima gira ella sólo podrá acomodar estas canciones en medio de éxitos como Con Altura o Despechá.
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