Cuando Zara Larsson comenzó su carrera, muchos la llamaron "la Rihanna sueca". Ha pasado mucho tiempo y ella no se ha dado por vencida, acumulando fans y lanzando álbumes en general buenos. El más reciente es el quinto, Midnight Sun, con el que la bella cantante ha querido aprovechar la exposición obtenida al ser abridora en la primera fase de la gira de Tate McRae. El disco es casi en su totalidad dance, con una buena producción de MNEK quien agrega arreglos del subgénero jungle a la canción tema y a Blue Moon, logrando un efecto agradable. Se nota que The Ambition fue escrita como una balada, pero sonando electro resulta atractiva, y sin duda el mejor track es Crush, el más reciente sencillo. Los problemas comienzan cuando Zara quiere imitar el estilo de cantantes como Kesha (Pretty Ugly) o de la propia Rihanna (Girl's Girl). Este álbum decae un poco en los últimos minutos (cuando Larsson retoma el estilo con el que se dio a conocer), pero la mayoría de los tracks tienen una energía incesante que contagia, haciéndolo algo muy recomendable para una fiesta que cuente con música de calidad.
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