Con la cantante británica Jess Glynne pasó en 2018 lo que se repite con decenas de artistas que presentan un álbum debut bastante exitoso: su segunda producción logra un impacto por la espera de su lanzamiento, pero el contenido se orienta a ser menos comercial. En Always In Between, Glynne dejó de lado el dance pop y prefirió tracks más tranquilos en los que luciera su voz. Pero eso no significa que el CD fuera desafortunado, y el single I'll Be There demostró que esta artista todavía tiene mucho para ofrecer, por lo menos en otro álbum.
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