Desde su reunión en 2013, el grupo británico Suede no ha querido abandonar la escena musical, y este año presentaron The
Blue Hour, un álbum que puede parecer para muchos excesivamente tranquilo, pero
cuyo contenido es intenso y estudiado. El track inicial As one presenta una
atmósfera pesadillesca y muy teatral, lo cual siempre le ha gustado al cantante
Brett Anderson, quien continúa siendo un muy buen intérprete. Canciones como
Wasteland, Mistress y Cold hands son típicas en el sonido de la banda, gracias
a la guitarra de Richard Oakes. Cuando este grupo pilar del brit-pop alcanza su
cenit es en los momentos de intenso dramatismo, presentes aquí en el single Life
is golden, un tema que bien puede considerarse entre los diez mejores en la
carrera de Suede. Con su melodía triste y una letra optimista (un efecto
sarcástico típico de Anderson), no es de extrañar que esa canción haya sido la
elegida para terminar los conciertos de la reciente gira de la banda, que en
The Blue Hour brilló una vez más.
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