En su sexto álbum, Carrie
Underwood por fin se soltó a mostrarse como una intérprete con mucho
sentimiento; tal vez el accidente que sufrió a principios de este año la hizo
más vulnerable a los cambios, y el resultado fue positivo, ya que Cry Pretty
fue uno de sus mejores discos. La primera mitad de temas en esta colección es un verdadero knockout en cuanto a calidad: baladas y temas rítmicos de
country-pop quizá sin el dolor de las canciones de Miranda Lambert, pero
tampoco con la superficialidad de las de Taylor Swift. La diferencia de
Underwood es la potencia de su voz y que surgió de un show de talentos, donde
cantó temas de muchos géneros, mostrando versatilidad y centrándose en el country.
Southbound, Backsliding y la canción tema son los mejores tracks, y el hit
menor The champion (una colaboración con Ludacris) termina Cry Pretty en un
tono desafiante que refuerza la posición de Carrie como artista.
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