La siempre subestimada banda
escocesa presentó este año un álbum repleto de temas con su arena-rock a los
que nos tienen acostumbrados, con algunos arreglos que dieron frescura a su
sonido. Walk Between Worlds se distinguió por aplicar las atmósferas con las
que Jim Kerr y Charlie Burchill habían experimentado en discos como Sisters
Feelings Call y Real To Real Cacophony, ambas producciones muy anteriores al
periodo en el que obtuvieron fama mundial. Pero con sus letras reflexivas y coros llenos
de energía Simple Minds demostró una vez más el por qué son tan importantes
como U2, este último un grupo de su misma generación.
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