Dirigida por Ben Affleck; con él mismo, Bryan Cranston, John Goodman y Alan Arkin (Warner Bros., 120 min.)
Mucha gente nunca había confiado en Ben Affleck como actor;
su gran incursión dentro del cine independiente le hizo ganar un Oscar como
guionista (junto con su amigo Matt Damon) por la película Good Will Hunting,
estrenada a finales de 1997. Después vino una serie de cintas, tanto buenas
como malas, en las que fue adquiriendo
experiencia, sin brillar excesivamente en sus roles protagónicos. Pero cuando
Affleck anunció que probaría suerte como director, la reacción fue mixta: unos
lo tomaron con interés y otros con indiferencia. Sin embargo, Gone Baby Gone
(de 2007) fue un oscuro drama y The Town (del 2010) un thriller de acción
bastante entretenido. Quizá la prueba de fuego para un realizador novel de
Hollywood es el lograr nominaciones al premio de la Academia para actores o actrices de sus
películas. Y él lo consiguió, por esos dos filmes, que aparte de ser indispensables,
sólo anteceden lo que ahora se convierte en Argo, su trabajo más ambicioso.
Basada en hechos reales, la película cuenta
la historia de la operación que se desarrolló en 1979 durante la crisis de
rehenes en Irán, con el objetivo de rescatar a seis estadounidenses. Al
especialista de la CIA llamado Tony Méndez (el propio Affleck) se le ocurre un
plan arriesgado para sacarlos del país: maquinar la producción de una película
de ciencia ficción (titulada Argo) y él mismo entrenar a los rehenes (quienes
se encuentran en la embajada canadiense) para que se hagan pasar por elementos
del equipo (en sí los scouters, o buscadores de locaciones).
Aunque Argo dura dos horas, éstas pasan rápido. El filme se asemeja a
Munich en su tratamiento por la resolución de un conflicto que realmente ocurrió, pero mientras
en la cinta de Steven Spielberg era inevitable un panorama más oscuro y
solemne, aquí Affleck hace brillar a sus coestrellas, logra chispazos de humor
en los momentos más difíciles del plan y no deja de lado la acción que requiere
el thriller. Una escena en el aeropuerto entre Mendez y un guardia (Farshad
Farahat) resulta especialmente singular.
Tres actores experimentados dan solidez al elenco principal: Alan Arkin,
como el productor del filme falso; Ryan Cranston, como el jefe de la CIA, y el
gran John Goodman como un maquillista profesional. La misión más difícil es que
la existencia de los rehenes debe permanecer en secreto. De alguna forma Argo
ha resultado un inesperado gran éxito en Estados Unidos, y es el tipo de
película que combina el -buen- entretenimiento con aciertos en todos las fases de la realización. En la época de Good Will Hunting, ¿quién hubiera creído que
Ben Affleck lograría esto en 15 años? Personalmente es satisfactorio haber
visto en cine sus dos anteriores trabajos, y también Argo, que ya juega en otro
nivel. Puedo asegurarle ocho nominaciones al Oscar el año próximo. ¿Alguien
apuesta? No te la pierdas.
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