En los ochentas hubo muchos grupos de heavy-pop; pocos sobrevivieron y otros fueron olvidados. Por la imagen que tenían, muchos de sus antiguos fans ahora prefieren olvidarlos; eso es algo malo, ya que muchas bandas que no tuvieron el éxito que merecían eran realmente buenas. Pero en los dosmiles hubo algo parecido con las bandas de punk-pop que rayaron en las tendencias emo. Ahí también muchos se quedaron en el camino, pero el cuarteto estadounidense Good Charlotte increíblemente se ha mantenido; de 2002 a 2005 lograron vender millones de copias de dos de sus álbumes (y aparecer en la portada de la revista Rolling Stone). Adicionalmente estaba la exposición de sus líderes -Joel y Benji Madden- entre el público adolescente. En 2007 regresaron con el CD Good Morning Revival, que fue prácticamente vapuleado por la crítica; sin embargo, contenía un gran track: Dance Floor Anthem -cuyo sonido es adaptable al pop, al dance, a rock pop y vaya, hasta podría moldearse para una boy band-, que los llevó (por última vez) al Top 25 en Estados Unidos. Para entonces, la imagen de los Madden ya estaba suavizada y no rayaba en lo ridículo que lucían hace diez años.
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