¿Qué mató al cassette? Naturalmente, la tecnología, en la forma del CD grabable. En los ochentas y parte de los noventas los había de todos los precios: de marca Sony, TDK, Teac (de los más caros), y obviamente los más baratos, Ampex y Memorex. Lo que más recuerdos de los vistosos diseños era obviamente los que imitaban los carretes de las grabadoras de estudios profesionales y las presentaciones en las cajas, que llegaban a ser hasta artesanales. Me parece que eso es uno de los detonantes de la nostalgia: recordar que cosas que utilizaban tan rutinariamente pasan a ser valoradas hasta que ya no se sabe cómo usarlas. Sí, el shuffle del Ipod es fantásticos, pero un cassette regalado y grabado en aquella época significaba algo más: 14 o hasta 21 canciones elegidas cuidadosamente, para comunicar un concepto de parte del que grabó (el cassette, no los discos). Y bueno, el tributo de Mister eco a los cassettes es por supuesto la sección Mix Tape.
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