Cuando lanzó su álbum debut,
el cantante y guitarrista británico James Bay lucía una imagen de cabello largo
y con un sombrero como sello característico. Para su segundo CD se ha mostrado
con otro look, pero esto también le dio soltura en su propuesta. Electric Light
manejó un concepto un tanto incómodo y pobremente tratado (el de una relación
fallida), sobre todo porque las canciones hablaron por sí mismas. Bay más que
nunca expresó su influencia del gospel en tracks como Wild love, In my head y
Us, mientras que se mostró como un Springsteen light en Just for tonight,
una muy buena muestra de su rock pop. La recta final de Electric Light la conforman tres
baladas tristes con originales arreglos, pero el single que resumió el
nuevo concepto de este artista fue Pink lemonade, un track bailable y triste sin
dejar de ser rockero, que recuerda al disco debut de Charlie Sexton, un
guitarrista que sin duda debe de estar entre los favoritos de James Bay.
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