El séptimo álbum de la banda
Fall Out Boy fue el cuarto de su carrera en debutar en el número 1 de ventas de
Billboard, y a éste le precedió una polémica producción, pues tras tres años de
ausencia el grupo lanzó muchos singles, de los cuales el primero, Young and
menace, fue un extraño experimento con tendencias electrónicas. Pero Pete Wentz
y compañía se distinguen por retarse a sí mismos musicalmente hablando, por lo
que Mania contuvo tracks de un rock desafiante como Champion, el rock reggae de
Hold me tight or don’t o Stay frosty royal milk tea (valientemente la banda
también incluyó Young and menace, que se adaptó al concepto). Patrick Stump
habrá subido de peso otra vez, pero la fuerza de su voz continúa intacta, sobre
todo en el mejor tema del álbum, The last of the real ones. De la época de la
fiebre emo (en la cual Fall Out Boy surgió) para acá ha pasado mucho tiempo, pero la adaptación del grupo a las nuevas tendencias es más que loable.
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