Aparentemente, Lady Gaga estuvo ausente del panorama musical
durante tres años, pero lo cierto es que estuvo trabajando,
tanto en un CD con uno de sus ídolos (Tony Bennett) como en la grabación de un
tema de película (por el que nominó al Oscar); destaca también su participación
como actriz en la serie de televisión American Horror Story. En 2013 lanzo
ArtPop, un álbum con pocas canciones memorables y un concepto algo rebuscado
que tuvo éxito durante dos meses, pero después su promoción inesperadamente paró. Muchas cosas
han pasado desde aquel tiempo, sobre todo el surgimiento de varias jóvenes
cantantes de pop, por lo que el público ansiaba una nueva producción de la
artista.
En primer lugar, Gaga no regresó con un álbum de baile con
los arreglos electrónicos a los que nos tenía acostumbrados; sus canciones de
ahora tienen la misma estructura de antes, pero ahora los arreglos son un tanto rústicos,
sin revestirlos de efectos. En Joanne (el título del ábum se refiere al nombre
de la tía de la cantante, muerta en 1974) predominan mucho las guitarras
eléctricas en tracks como A-YO y Diamond Heart, en los que la cantante
demuestra que su talento está a la misma altura que el de Beyonce Knowles. El sencillo Perfect Illusion es parecido a lo que hacía antes (más o menos en la era del EP The Fame Monster), y aunque hay canciones flojas como Million Reasons o Sinner’s Prayer, que suenan a medio
terminar, dejan ver que, en comparación, lo que hace Miley Cyrus es una futil
tontería.
En segundo lugar, Gaga sigue siendo una compositora, y las letras
de este álbum (basadas en experiencias personales y familiares) son tan
cuidadosamente hechas como la nueva nariz –muy recta- que luce en la portada
del CD. Angel Down es una balada de piano que termina el álbum con un toque
emocional. Su obsesión por la música de cabaret también está presente en Come
To Mama y la
canción tema del álbum, que más bien parece un track de Bette Midler de los
setentas. Hay un dueto con Florence Welch, titulado Hey Girl: comienza igual
que Bennie And The Jets, de Elton John, y luego se asemeja extraordinariamente a
Cool Cat, un oscuro tema de Queen.
Una gran variedad de productores, entre los que destacan
RedOne y Mark Ronson hacen de esta producción un trabajo rítmico, pero no muy bailable. Cuando la cantante se suelta en el track titulado John Wayne,
fácilmente lo convierte en el mejor del álbum, provocando el recuerdo de los mejores momentos de Born This Way, el álbum que sigue siendo su clásico. En
suma, Joanne es el CD que Lady Gaga le debía a mucha gente; no cumple del todo
bien, pero sí que tiene sus minutos emocionantes. Ahora que, si los fans del
futbol americano piensan que en el próximo medio tiempo del Super Bowl la Lady
Gaga que aparecerá será tan extravagante como hace cinco años...bueno, eso sí que será estar
atrasado de noticias.
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