Janet Jackson nominó al
Grammy en 1987 por su álbum
Control, que es la obra maestra de su carrera. Con pocas canciones, larga duración y una propuesta de funk pop, el disco lanzó cinco sencillos, del cual el último,
The Pleasure Principle, es mi favorito. Por esas épocas Janet se dio a conocer como una gran bailarina, y aunque no tenía el ritmo en la sangre como su hermano Michael, se defendía muy bien en sus coreografías. Toda la década pasada ella intentó regresar, aunque sin mucho éxito a partir del 2005. Pero la mancuerna que logro entonces con los productores
Jimmy Jam y
Terry Lewis es algo que permanece sin duda como de lo más memorable del pop de los ochentas.
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